A todos nos encanta poder disfrutar de nuestra mascota y poder jugar con ellos. Los gatos no utilizan el juego solo como diversión, también les proporciona una fuente de ejercicio a cualquier edad. Además, sirve para fortalecer el vínculo entre el gato y el dueño, pasando a ser un miembro más de "su" familia gatuna (ya se sabe, los gatos realmente nos adoptan a nosotros y no al revés...).
Algunas razones para jugar
Muchos pueden pensar que no es algo necesario, pero realmente lo es. Es más, se recomienda jugar un par de veces al día durante unos 15 minutos. ¿Por qué?
- El juego permite que nuestro gato perfeccione sus técnicas de caza. Buscar a la presa, mostrar cautela, atacar y presentar su recompensa victorioso.
- Es su mejor manera de ir al gimnasio. Los gatos que viven en casas se hacen más sedentarios y tienden a engordar. El juego les permite mantenerse más saludables.
- Es un anti estrés, libera energía y se evitan rechazos o actos agresivos.
- Fortalece el vínculo que nos une a nuestra mascota.
- Ayuda a aumentar la confianza de un gato, algo perfecto para mininos un poco tímidos
Pequeños mininos
Los gatos cuando son pequeños realmente juegan con casi cualquier cosa. Por eso, tenemos que tener cuidado de mantenerlos alejados de elementos que pueden conllevar algún peligro, como:
- Cuerdas e hilos
- Bolsas de plástico
- Cosas de tamaño muy pequeño que puedan ingerir
- Etc.
Lo más importante en esta etapa del gato es que nunca deberemos jugar directamente con nuestras manos. En el fondo, son felinos en miniatura, y por lo tanto mantienen el instinto de caza. En estado salvaje, los felinos utilizan el juego para enseñar a las crías cómo atacar y acechar. Si nosotros utilizamos las manos para el juego, el minino lo verá como un objeto ya no sólo de diversión, ¡sino también como presa!.
Puede resultar muy gracioso cuando son pequeños, ya que no suelen hacer daño. Pero los gatos no pierden sus ganas de jugar a medida que crecen, y seguirá atacando nuestra mano cuando sea adulto, algo que realmente no nos hará tanta gracia. Además, hay que tener en cuenta que puede que haga lo mismo si recibimos visita. Para él será un inocente juego que nosotros le enseñamos de pequeño, pero para la visita o nosotros mismos puede ser peligroso.
Reglas del juego
Mantener entretenido a un gato suele ser muy fácil porque son muy curiosos. Cualquier juguete que se mueva o que él pueda mover de una manera rápida será su perdición. Eso sí, al igual que en la comida, suelen ser muy selectivos, así que no debemos hundirnos si después de comprarle el juguete más espectacular de la tienda y dárselo con toda nuestra ilusión, nuestro felino tan solo nos devuelve una mirada de indiferencia.
Podemos utilizar infinidad de juguetes, desde las varitas que venden en la tienda, pelotas, ratones, etc. hasta una bola de papel, tapones grandes de plástico, y una infinidad de cosas más que nuestro minino seguro que irá descubriendo por la casa.
El juego es recomendable que sea algo realista. Por ejemplo, si jugamos con una vara que acaba en unas plumas, él verá como si fuera un pájaro. No hay que dejarlo quieto todo el rato, ya que él se aburrirá. Habrá que moverlo variando la velocidad y haciendo que para él suponga un reto. Normalmente ellos mismos marcan el ritmo, y después de unas sesiones de juego sabremos cómo quiere jugar.
Si además acompañamos el juego de escondites que él pueda utilizar para acechar mejor a su "temible presa", el juego será de lo más completo. Accesorios como cajas, túneles o bolsas donde él pueda esconderse o atravesar de modo veloz supondrá un añadido para que la diversión no pare.
Y por supuesto, que el juego tenga un final feliz en el que él sea el campeón del torneo. No es ponerle las cosas fáciles, pero sí darle la victoria final para que él se sienta satisfecho y pueda saborear la victoria.
Sobre todo hay una regla fundamental... ¡los dos tenéis que divertiros!