Seguramente hayas visto en muchísimos documentales las extrañas y llamativas danzas que muchas aves utilizan para conquistar y atraer a una pareja. En el caso de los loros también se produce un cortejo, aunque el modo y la forma de realizarlo depende de factores como:

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  • La subespecie a la que pertenezcan
  • El hábitat en el que se encuentren
  • Etc.

¿Qué es el cortejo?

Se podría decir que el cortejo "viene de serie", es decir, que es innato en muchas aves. Es un acto instintivo que es el primer paso para el apareamiento. Es fundamental, ya que sin este paso, las hembras no se mostrarán receptivas.

Tiene muchas funciones:

  • Selección de pareja: las hembras evalúan la calidad del cortejo para ver las cualidades que posee el macho.
  • Sincronización entre la pareja: y es que muchas veces es cuestión de "seguir el ritmo". Si la pareja se sincroniza bien, supondrá una mayor facilidad a la hora de reproducirse.
  • Reducir hostilidades: con el sistema de cortejo se reducen los enfrentamientos entre machos en animales territoriales. Hay que demostrar que se es el mejor, pero sin necesidad de disputas ni peleas de las que podrían salir mal parados.
  • Reconocimiento de la propia especie: es decir, gracias a que cada animal tiene una manera de cortejo diferente, se pueden distinguir mejor entre ellos y evitar cruces innecesarios.

El cortejo no implica que sea algo complicado de por si. Los hay de muchos tipos y maneras, desde los más sencillos hasta verdaderas coreografías dignas del mejor ballet. El proceso puede estar formado por estímulos visuales (colorido del plumaje, coreografía...), auditivos, químicos (liberan hormonas) o por una serie de complejos actos que implican todos ellos a la vez.

El momento del "coqueteo" en los loros

El cortejo de los loros no es algo simple de macho encuentra hembra y poco más. Los loros son muy selectivos con su pareja. Habrá casos en los que sea un amor a primera vista, pero en otros, y más estando en cautividad, necesitarán un proceso largo de adaptación para que empiece a haber cierta "química" entre ellos. ¡Las cosas del amor son así!

El principio del cortejo también varía mucho de unas especies a otras. En algunos casos, los loros producen mucha algarabía, emitiendo muchos gritos e incluso mostrándose algo hostiles hacia los dueños u otros animales que puedan encontrarse alrededor. Otras, en cambio, son mucho más discretas y empiezan el cortejo en absoluto silencio.

Los loros suelen mostrarse el cariño sobre todo mediante caricias. Se atusan la cabeza el uno al otro, rozan sus picos o incluso se dan de comer entre ellos. Estos pasos refuerzan los vínculos y la confianza entre los loros, algo fundamental para la reproducción y la cría más adelante.

Muchos loros crean unas llamativas danzas para mostrar sus virtudes a su pareja. Por ejemplo, el barraband (o Polytelis Swainsonii) crea una graciosa coreografía en la que sube y baja la cabeza estirando y encogiendo el cuello mientras desfila frente a su pareja. El movimiento de la cabeza es un comportamiento muy habitual en los loros, ya que les permite hacer gala del colorido de su plumaje entre otras cosas.

La mayoría de las veces es el loro macho el que realiza el cortejo, la hembra tiene el papel de analizar y elegir sí lo cree conveniente como pareja para la cría.

Y después...

Pero no pensemos que el cortejo gusta a la hembra a la primera. Como ya hemos dicho, los loros pueden ser muy exquisitos a la hora de elegir. Si la hembra no lo considera adecuado se mostrará distante, revoloteará hacia otro lado o incluso puede volverse de manera un tanto agresiva hacia el loro macho. Si estamos intentando la reproducción en casa, es aconsejable no perderles demasiado de vista en el momento del cortejo, para evitar posibles peleas.

Una vez ella da el visto bueno, se unirán como pareja durante el tiempo de cría como mínimo, demostrando su confianza mutua con numerosos acicalamientos y cuidando el uno del otro.

Los loros tienden a crear nidos en zonas oscuras, por lo que si este es nuestro fin tendremos que crear un nido dentro de una caja con un solo agujero a modo de entrada para que se sientan seguros. ¡Pero esa ya es otra historia de la que el cortejo tan solo es la primera parte!

¿Sabias que...?

El 90% de las aves son leales a sus parejas. Algunas mantienen su pareja para toda la vida (como los loros pequeños llamados Agapornis); otros, en cambio, la mantienen solo durante la reproducción y el desarrollo de las crías, pero durante ese tiempo no se separan la una de la otra.

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