No hace mucho publicábamos en Mascotea un artículo sobre una de las mascotas más queridas del ser humano: el caballo. Hoy vamos a hablar un poquito más de uno de los cuidados básicos que debemos prestar a este gran amigo: su correcto aseo.
¿Los caballos se bañan?
Pues sí, como cualquier otro animal (incluido el ser humano) el caballo se ve expuesto a diario a la suciedad del ambiente, un entorno que, además, está repleto de virus y bacterias que pueden afectar seriamente a su salud. Como bien sabes, las vacunas para los caballos pueden proteger a tu mascota de multitud de enfermedades, pero una correcta higiene diaria de su cuerpo es una barrera extra de protección de su salud y bienestar.
Lógicamente, un caballo deberá bañarse con mayor o menor frecuencia en función de su actividad física. A mayor ejercicio, mayor frecuencia de baño. Así, los veterinarios aconsejan bañar diariamente a los caballos que hacen mucho ejercicio - carreras, saltos, caminatas… - y una vez a la semana a aquellos equinos que, por su estado de salud, edad o estado físico, hacen poco ejercicio físico.
El Kit de limpieza de tu caballo
En función de tu presupuesto, en las tiendas especializadas encontrarás una amplia variedad de instrumentos que te ayudarán a mantener la higiene diaria y semanal de tu mascota. Son bastante útiles para mantener el pelo y la piel de tu caballo en perfecto estado de revista. Algunos de los denominados "básicos" son los siguientes:
- El cepillo de raíces: un cepillo normalmente de madera con cerdas duras y largas. Sirve para eliminar los restos de estiércol y barro a diario y antes del baño.
- La bruza: similar al cepillo de raíces, pero con cerdas mucho más suaves. Los modelos más habituales son de madera o de cuero, aunque también los hay de plástico, más baratos, pero poco duraderos. Sirve para eliminar el sudor y el polvo superficial y se utiliza sobre todo en la zona de la cola y de la crin.
- La almohaza: un pequeño cepillo de mano que sirve para aplicar el jabón en las partes carnosas del cuerpo del animal (no la uses para limpiar las partes huesudas como las patas o el hocico). Este instrumento tiene una doble función: eliminar eficazmente la suciedad y dar un relajante masaje a tu mejor amigo.
Cómo bañar a un caballo
La principal finalidad del baño es eliminar todos los restos de tierra, barro, hojarasca, estiércol y sudor que se han adherido a la piel y el cabello de tu mascota. La segunda finalidad - y no menos importante - es provocarle una sensación de placer, de relax y de tranquilidad. Una buena y relajada sesión de baño estrechará los lazos que te unen a tu mascota. Él o ella se sentirán mimados y queridos. ¿Qué más puede pedir un buen mascotero?
Los consejos básicos para bañar correctamente a tu caballo son los siguientes:
1. Paseo previo: No es aconsejable empezar el baño justo cuando el animal termina de hacer ejercicio. En ese momento el caballo está nervioso y muy sudoroso. El cambio brusco de temperatura al aplicar el agua puede ser perjudicial para su salud y, además, nada placentero. Así que, antes de empezar la sesión de baño, te aconsejamos dar un pequeño y tranquilo paseo. 2. Un buen cepillado antes: Si pasas el cepillo de crin por el cabello de tu peludo antes del baño conseguirás eliminar la mayor parte del barro, la suciedad y los posibles excrementos. Además, desenredarás su pelo y arrastrarás esos restos de hojarasca que, luego, con el agua y el jabón, se convertirán en una bola pegajosa muy difícil de quitar. Para esta fase previa al baño utiliza el cepillo de raíces y la bruza. 3. Utiliza agua tibia: No creas que, por ser grandote, a tu caballo no le impresionará el agua helada, sobre todo en pleno invierno. Además, el agua tibia ablandará con mayor facilidad los restos de suciedad y tardarás mucho menos en terminar la sesión. 4. Elige el champú apropiado:El PH de la piel de un caballo no es igual al nuestro. Tu tienda especializada te puede ofrecer una amplia variedad de geles y champús que no dañarán la piel de tu mascota. Recuerda aplicar el jabón con movimientos circulares utilizando tu almohaza.
5. Para terminar, un buen aclarado: Es fundamental que te asegures de que no quedan restos de jabón en el cuerpo del equino, sobre todo en las zonas de los genitales, el ano, el hocico y los ojos. Para limpiar bien las zonas más delicadas del cuerpo los expertos aconsejan utilizar esponjas de distinto color: una para limpiar bien la zona de la cabeza (el contorno de los ojos, los ollares… ) y otra para la zona posterior (el ano, los genitales… ).