Llega la primavera y el ansiado buen tiempo. Brotan las flores y aparecen de nuevo los insectos, las pulgas, los mosquitos y las garrapatas.
Se acerca la fecha en la que tenemos que proteger de lleno a nuestras mascotas de la mano de los mejores productos antiparásitos.
Principalmente tenemos a nuestra disposición dos productos casi infalibles: las pipetas y los collares antiparásitos.
Pipetas
Las pipetas o ampollas resultan muy efectivas no sólo para las típicas pulgas y garrapatas que se adhieren a nuestros peludos con la mayor facilidad sino también contra otro tipo de insectos como hormigas, avispas, orugas, gusanos o el temido mosquito flebotomo que transmite la leishmaniosis canina (una enfermedad grave si no se detecta a tiempo).
Se trata de un líquido aceitoso que se esparce por la columna vertebral del animal (del cuello hasta el rabo) haciendo que se extienda por todo el cuerpo. Aunque se trata de uno de los productos más completos puede resultar engorroso, sobre todo, para las mascotas de pelo largo pues se lo dejará grasiento y con sensación de suciedad.
Collares antiparasitarios
Además, en los perros más sensibles, puede producir picor, dermatitis o que la piel se escame por lo que habrá que tener especial cuidado.
Por eso, uno de los más novedosos productos de los últimos tiempos y de las mejores alternativas son los collares antiparásitos que, aunque hace tiempo, no gozaban de tanta eficacia, han conseguido mejorar notablemente con el paso de los años y ofrecen la misma protección o mejor que las pipetas o ampollas.
No todas las marcas la ofrecen por igual, por eso, a la hora de acudir a comprarlo, lo mejor es preguntar al personal cualificado o a nuestro veterinario de confianza por su eficacia contra insectos específicos.
La protección de nuestros amigos es un imprescindible y de vital importancia. Por eso, también es recomendable disponer, además de alguno de los productos anteriormente citados, de un spray antiparásitos o pastillas que erradiquen el problema, en caso de que ya exista. Aún así, no habrá nada más seguro que contar con la supervisión de un veterinario cualificado que será quien mejor nos oriente.
