Niños y mascotas, mascotas y niños... a veces esta combinación se convierte en un auténtico quebradero de cabeza para los distintos mascoteros. ¿Es bueno que convivan? ¿Y eso cómo se hace? Hablamos por supuesto de los peludos perros y gatos, donde normalmente los conflictos se dan en mayor grado, pero no queremos tampoco olvidarnos de los conejitos, los roedores o las aves más grandes que convivien en nuestras casas, que muchas veces sufren encierros injustificados en sus jaulas.
Todos hemos oído casos en los que una pareja lleva años conviviendo con un perro, son felices, disfrutan juntos... pero cuando llega el momento de plantearse tener un bebé, un cambio de vida abrumador en cualquier papá o mamá primerizos, comienzan las dudas sobre el animal, sobre cuál será su comportamiento, si tendrán tiempo suficiente para atenderle correctamente y sobretodo, si éste puede ser peligroso para el futuro recién llegado.
A veces la situación es precisamente la contraria: una familia con niños más o menos pequeños que, tras asentarse en su nueva situación y cuando los niños ya comienzan a pedir tener un animal en casa, se deciden a meter a un integrante más en la familia, y tras los primeros meses comienzan a darse cuenta de que este integrante tiene muchas necesidades, comienza a crecer en tamaño, fuerza y carácter, y la convivencia se torna algo complicada...
¿Es que acaso es imposible que los niños y los animales puedan vivir plenamente juntos y felices? No, claro que no es imposible, pero lo que es necesario es que adultos, niños y mascotas aprendan a convivir y a respetarse, cada uno como lo que es.
Aquí dejamos algunos consejos para disfrutar sin sobresaltos de una familia heterogénea y unida:
Un bebé en la familia
Si tienes una mascota y estás esperando a un bebé, ¡presta atención!
- Recuerda que tu mascota, perro o gato, continúa teniendo las mismas necesidades que antes. Tener un bebé no debe afectarles para tener sus paseos, sus cepillados, la comida y el agua como acostumbran...
- Además de los cuidados básicos, seguirán esperando tus caricias y tu amor igual que antes, ¡no lo olvides! Como ya habrás leído, los animales pueden sentir celos si de repente sólo muestras afecto por el bebé y te olvidas de sus corazoncitos.
- ¡Los peludos estarán deseando conocer al bebé! Quieren saber cómo huele, cómo suena, cómo se mueve... ¿qué será este humano tan raro que no se comporta como un humano, no para de llorar y se ríe de forma contagiosa? Y sobretodo, ¿qué será esta "cosa" envuelta en pañales a la que todo el mundo admira? Déjales acercarse a él. Tú mejor que nadie sabes el buen fondo de tu mascota. Controla los primeros encuentros sin mostrar ningún tipo de tensión, y sé consciente de que las primeras impresiones, también para nuestras mascotas, son esenciales. Evita que haya otras distracciones en la habitación, otras personas que puedan molestar, cosas o ruidos que disgusten a tu mascota.... Los primeros contactos deben ser muy positivos, e incluso puedes ayudarte con caricias, comida o algo que le guste si lo crees necesario. Algo qu puede resultarte muy útil es mostrar algo de ropa que huela al bebé a los animales de compañía, para que se acostumbren a su olor. Recuerda la fragilidad del bebé y protégele mientras los animales le observan y le huelen, para que no le dañen la carita o las manos al intentar acercarse.
No dejes que el perro o el gato duerman en la cuna del bebé. Podrán entrar si así lo quieres cuando hayan pasado unos días y notes que la convivencia fluye con normalidad, pero nunca los dejes solos durante la noche y sin supervisión dentro de la cunita.- Por muy buenos que sean los animales, no olvides que son animales, y sus crías muy diferentes a las humanas. No los dejes solos y sin vigilancia. De ti depende que el bebé tenga también la sensación de que los animales son amigos y no enemigos, y de que su amor por los animales y todos los beneficios que eso conllevará para él comience ya en los primeros días de vida.
- Recuerda que la desparasitación de tu mascota es importante siempre, pero más aún cuando un bebé está alrededor, pudiendo éste incluso estar en contacto con las heces de los animales, portadoras de bacterias y parásitos.
- Cuando el bebé comience a gatear y a andar, mantén el agua y el comedero de la mascota fuera de su alcance, sobretodo si la comida permanece en el plato y hay riesgo de que la coma. Por otro lado, la hora de la comida de tu mascota deberá respetarse de la misma manera que se hacía antes, evitando que el animal pueda ver al bebé como una amenaza, lo que normalmente no pasa cuando son muy pequeños.
Un cachorrito en casa
Cachorrito o animal adulto, la llegada de un perro o un gato a la familia siempre es motivo de una gran alegría y un gran revuelo. Todo el mundo quiere estar con él, observarle, tocarle... y esto, dentro de un orden, es fantástico.Y he dicho dentro de un orden porque ¿es que hay algún límite con una mascota recién llegada? ¡por supuesto! Y no solo en sus primeros días de convivencia, pues lo cierto es que una mascota con niños tiene también unas necesidades específicas. Verás:
- Nada más llegar, ¡déjale saber dónde está! Y eso pasa por dejarle olfatear, andar y correr, ver toda la casa y conocer a los miembros de la familia. Después de los primeros momentos, ya tendrás tiempo de enseñarle dónde está su camita y cuál es el sitio en el que deberá estar, si es que no quieres que tenga acceso a toda la casa, pero de momento, permite que tu nueva mascota tenga una idea de dónde se encuentra. Lo ideal es que vigiles sus pasos pero permitas que sea él quien descubra el lugar.
- ¿Quieres que te conozca? ¡Pues déjale que sea él quien se acerque! Pedirle a un niño que no se abalance al un coqueto gatito o un simpático perrito nada más llegar, no es fácil, pero podrás ver la cara de felicidad de tu hijo o hija cuando el animalito por propia iniciativa se acerque a conocerlo. Aprovecha ese momento para decirle al niño que puede hacer movimientos con las manos para jugar con el recién llegado, llamar su atención con un juguete o acariciarle con cuidado y lentamente, evitancdo preferiblemente tocarle la cabeza o el rabo. Si ha de ser el niño el que se acerque, deberá hacerlo por delante y con movimientos tranquilos.
- Los animales parecen incansables... ¡pero los niños también! Permite que los niños jueguen con los peludos pero pídeles que respeten sus momentos de descanso, de sueño, o simplemente de intimidad y soledad, si así lo requieren.
- Ten cuidado con los juegos. Los juegos excitan tanto a los animales como a los niños, y sin querer pueden volverse peligrosos, pues las mascotas más grandes pueden empujar sin intención a los niños y que éstos se hagan daño.
- La educación es fundamental, y los niños deben aprender las palabras o frases que se utilizan como comandos para que el perro o gato entienda si deben apartarse, venir a comer, tumbarse... Pide ayuda a un adiestrador canino o felino y permite que tus hijos puedan participar en la educación del animal y encontrar una comunicación fluída.
- Como en el caso en que un bebé llegaba a la familia, tampoco debes dejar solos a un cachorrito a un perro adulto recién llegado y a los niños. Siempre con supervisión para determinar que su relación es la correcta.
- Cuidado con dejar pensar a los niños que los animales son juguetes. Los tirones de rabo, de orejas, los malos gestos o dejar que los niños paguen sus frustaciones con los animales, serán siempre un foco de problemas. Y aunque por lo general las mascotas tienen mucha paciencia con los niños y los bebés, no es justo que éstos paguen la mala educación de los niños referente a los animales.
- La desparasitación adecuada es igualmente importante que en el caso de los bebés del apartado de arriba.
Recuerda que...: Tú serás el responsable de la mascota y no tus hijos. Por muy buena voluntad que en un principio tengan los niños, la responsabilidad del cuidado, la alimentación y las acciones de tu mascota serán tuyas, no de los niños, y aunque se compartan o se deleguen las tareas del animal entre todos los miembros de la familia, tendrás que tener claro que el mayor compormiso de tener una mascota recae sobre los adultos, no sobre los niños.
Estos consejos también nos pueden servir para aquellos casos en los que nos juntamos con niños que no conocen a nuestras mascotas y queremos pasar una tarde tranquila y feliz, y dejar disfrutar a los peques de la compañía de un animalito. ¡Tensiones fuera! Lo mejor es actuar con naturalidad después de dar unos cuantos consejos a los niños, ¿no te parece?