Aunque a paso lento, cada vez vamos avanzando más en cuanto a derechos de los animales se refiere.

Queda mucho por conseguir pero parece que el ser más humano va despertando de su letargo y va abriendo los ojos ante el uso indiscriminado de animales para diferentes negocios y espectáculos.

Hasta hace relativamente poco tiempo, nadie se planteaba apenas el hecho de que, por ejemplo, en un circo hubiese animales. Pero basta con profundizar un poquito y darse cuenta de la calidad y las condiciones de vida tan extremas y crueles que padecen esos animales. Por supuesto, no sólo se trata de los animales salvajes que deberían vivir en libertad y no encadenados ni encarcelados. También hablamos de otros animales como los perros. Ésos con los que tan familiarizados estamos y que no se diferencian tanto del resto. Todos sienten por igual. Así de simple y de sencillo.

Hace pocos días, saltaba una buena noticia en todos los medios de comunicación: Cataluña prohibirá el uso de animales en circos. Un paso más a la prohibición de los toros ya conocida por la mayoría de nosotros.

Parece que Cataluña es la Comunidad Autónoma más consciente, más evolucionada, más concienciada y con los ojos más abiertos. Por supuesto, le queda un gran lastre pendiente: la abolición de una de las prácticas más crueles conocidas hasta la fecha; los “correbous”. Sin duda, algo completamente ilógico y extremadamente sádico y cruel.

Gerd Siemoneit Barum
Una de las lamentables actuaciones con animales en los circos

Incongruencias al margen, parece que Cataluña será la primera Comunidad Autónoma en España en prohibir los circos con animales en su totalidad, pues esto ya ocurre en muchas de sus localidades.

La finalidad de esta medida está clara: evitar el sufrimiento de animales que viven privados de libertad, enjaulados, encarcelados y encadenados. De esta manera, se suprimirá, así, esa cadena perpetua a la que habían sido condenados sólo por el hecho de ser animales y que, inevitablemente, acababa en muerte precoz debido a las situaciones de estrés, miedo, aislamiento, cautividad y, en muchas ocasiones maltrato, a las que son sometidos.

De esta forma, Cataluña se une a otras normativas europeas más avanzadas como las de Austria, Suecia, Canadá, Dinamarca o Finlandia y se convierte en todo un ejemplo a tener en cuenta por el resto del territorio español que aún vive preso de un pensamiento prehistórico. Y es que el circo puede ser realmente divertido e interesante con grandes espectáculos dignos de admiración sin maltrato de animales de por medio.




  Sobre el autor

Cristina de Dios

Licenciada en Periodismo por la URJC y especializada en Marketing y Comunicación por la UCM, es una apasionada de los animales, en especial de los perros, por quienes lucha diariamente para lograr una mayor concienciación sobre sus derechos y un mayor respeto hacia todas las especies.

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