Todos los que convivimos con gatos, sabemos que tienen sus costumbres, sus manías... vamos, igualitos a los humanos! Pero a veces de repente, casi de un día para otro, cambian su forma de ser, se distancian, se esconden, están diferentes. Sin duda, darnos cuenta de ese cambio en los felinos puede ser una tarea difícil, ya que expresan mucho menos sus afecciones que otros animales de compañía. ¿Cómo saber si realmente les pasa algo entonces?
Como ya decimos, puede ser complicado, y más teniendo en cuenta que el gato por naturaleza es cazador y presa a la vez. Por esa misma razón, siempre que se sientan mal, tenderán a esconderse. De ahí que a cualquier indicio que veamos de cambio de comportamiento en nuestro gato, lo mejor será empezar a prestarle atención porque puede que no esté todo lo bien que creemos.
Y por cierto, no penséis que por cuidarles y mimarles mucho como todos los mascotamigos hacemos no están expuestos a enfermar. Aunque llevemos a rajatabla el cuidado veterinario y alimenticio de nuestro felino, también pueden ponerse pachuchos, así que atentos!
Comportamientos que nos pueden dar pistas
Desde Mascotea siempre intentamos daros pistas para entender mejor a los componentes animales de vuestra familia. Bueno, pues aqui os damos algunas pistas de cómo saber si vuestro gato puede estar algo pachucho.
- Vigilar la caja de arena: Si vemos cualquier resto de sangre, vemos que la utiliza con demasiada frecuencia o se lava mucho la zona genital, es hora de llevarle al veterinario. Puede presentar algún tipo de infección, deshidratación o algún virus.
- Posición de cabeza y cuello: si empezamos a ver que inclina más la cabeza, o que la lleva agachada o en una posición poco habitual, puede deberse a un problema neurológico. Si además se siente desorientado y se marea, tendremos que llevarle con urgencia.
- Alimentación y peso: ya sabemos que los gatos son muy sibaritas en cuanto a la alimentación, y puede que en algunos casos simplemente no les apetezca comer. Pero si ves que la situación se alarga y se produce una repentina pérdida de peso, ya hay que prestar atención. Controla todo lo que coma y beba durante 24 horas. Algunos gatos nos ayudan a darnos cuenta poque maullan con mucha frecuencia, pero no ocurre en todos los casos.
- Secreciones en ojos y nariz: si observamos que empieza a moquear o a echar mucha lágrima, puede deberse a una reacción alérgica o alguna enfermedad mayor.
- Pelaje descuidado: los gatos son muy limpios, les encanta estar acicalándose todo el día. Por eso, si vemos que empieza a descuidarse, a no lavarse asiduamente, a tener el pelaje como grsiento, etc. es un claro síntoma de que algo no está bien. Así mismo, si observamos que se esconde para luego arrancarse mechones de pelo al rascarse, también tendremos que preocuparnos. Puede ser desde una alergia en la piel, a una infestación de pulgas o algún tipo de dermatitis, hasta algún problema psicológico relacionado con el estrés o la tristeza.
- Voz ronca, toses, vómitos: si tu gato es un "pavarotti" y de repente deja de maullar, puede deberse a algún tipo de afección respiratoria, o inlcusive a bolas de pelo acumuladas en el estómago. Si la malta no le alivia, lo mejor es que lo vea un especialista para que nos de su valoración.
De todos modos, lo mejor ante un cambio de comportamiento en nuestro gato es siempre prestarle atención, ya que es su manera de decirnos "¡eh! ¡algo no va bien!". Si tenemos dudas o los indicios nos hacen pensar que puede ser grave, lo mejor es no dudarlo y acudir a un veterinario, nuestro gato nos lo agradecerá.