De ojos inteligentes y profundos, muy a menudo ocultos tras un tupido flequillo, el fiel Lhasa Apso es un perro grande "en pequeño". Su baja estatura, unida a sus rasgos adorables y a lo femenino de su tupido manto, confunde a los aficionados y les hace pensar que es el típico perro faldero. Nada más lejos de la realidad. Como veremos en el apartado "Historia", este pequeño perro de origen tibetano solo se consideró ejemplar "de compañía" a partir del siglo XX. Antes y durante cientos de años fue una de las herramientas de trabajo y alerta de los antiguos tibetanos que le llamaban, con toda la razón del mundo, el "pequeño león vigía".
Peso y tamaño | Promedio de vida | Relación con los niños |
---|---|---|
De 6,5 a 8 kg. Altura hasta la cruz: 25-27 centímetros.. | 15 a 18 años | Regular |
Relación con los gatos | Relación con los perros | Necesidades de mantenimiento |
Regular | Regular |
Cepillado diario. Alimentación equilibrada. Ejercicio físico y mental. |
Características principales | Enfermedades comunes | Grupo |
Fuerte, valiente, independiente, fiel. | Problemas dérmicos y del manto, úlceras estomacales, displasia de cadera. | Según FCI: Grupo 9: Perros de compañía. Sección 5 - Perros tibetanos. |
Descripción
Uno de los perros pequeños más valientes, fieles y seguros de sí mismos del mundo es el pequeño Lhasa Apso.
En cuanto a sus rasgos físicos: lo primero que nos llama la atención del valiente Lhasa es, sin lugar a dudas, su suave y extremadamente largo manto que, bien mantenido, se arrastra por el suelo y tapa prácticamente el cuerpo del pequeño peludo. Los colores son muy variados y oscilan entre el dorado, el blanco, el canela, el miel o, incluso, el gris humo o el negro.
Una de las características de su capa es la existencia de un subpelo tan entramado que apenas deja ver su piel. Esta característica es, también, uno de los puntos débiles del Lhasa Apso ya que una incidencia directa de los rayos de sol en su delicada piel puede producir dermatitis o, incluso, cáncer.
Otra de las características del pequeño Lhasa - y que comparte con otras razas como el Bichón Maltés- es su cráneo recto y la presencia de un hocico corto en relación a la cabeza, rematado con una trufa de intenso color negro y con una mordida denominada "de tijera" (al morder, los incisivos superiores deben quedar ajustados inmediatamente detrás de los inferiores).
El cuerpo del "pequeño león" es pequeño, pero perfectamente equilibrado, de fuertes músculos, extremidades gruesas en relación con el resto de su fisonomía y, muy curioso, una preciosa cola que se curva hacia arriba de forma natural formando un círculo casi perfecto.
Carácter
Sin lugar a dudas, la característica principal del Lhasa Apso es su extrema valentía. No tiene ningún problema en defender con uñas y dientes a su familia perruna o humana. Es desconfiado con los extraños, independiente, celoso y de ideas bastante fijas. A pesar de lo dulce de su apariencia, es un perro de carácter fuerte, que debe ser adiestrado desde muy joven por personas con mucha paciencia. Debido precisamente a su independencia no se suele recomendar a familias con niños muy pequeños o sin unos conocimientos mínimos de educación básica canina.
Cuidados
Destacaríamos dos cuidados fundamentales para este pequeño león tibetano:
- Cepillado diario: si deseas que mantenga su largo manto es preciso que dediques unos minutos al día al cepillado, si no lo haces, se formarán tupidos nudos casi imposibles de eliminar.
- Ejercicio físico y mental: más importante lo segundo que lo primero. El Lhasa, por su pequeño tamaño, no necesita tanto ejercicio como perros de mayor tamaño, pero su gran inteligencia y su carácter independiente provocan que se aburra fácilmente. Y si el Lhasa se aburre… los líos están servidos.
Enfermedades
A no ser que surjan complicaciones, el Lhasa Apso es una de las razas de perros más longevas que existen: entre los 15 y los 18 o 20 años. Suelen ser perros sanos y fuertes aunque con cierta tendencia a la obesidad si no realizan el suficiente ejercicio físico. Es importante cuidar toda la vida de su tupido pelaje, no solo por estética, sino porque puede ser fuente de afecciones dérmicas. Es aconsejable, por último, vigilar su alimentación. Además de tener un estómago algo delicado y susceptible a las úlceras, el Lhasa es tremendamente glotón y si no hace suficiente ejercicio su amor por la buena mesa puede hacer que coja unos kilos de más.
Historia
El Lhasa Apso es una de las razas caninas más antiguas del mundo. Comenzaron a criarse en los monasterios del Tíbet donde cumplían dos funciones principales: calentar los pies de los monjes, siempre helados por los fríos suelos de las viviendas y colaborar con los grandes mastines en las labores de vigilancia. La historia es curiosa: estos pequeños mantos de pelo vivían en el interior de los monasterios y los mastines en el exterior. Si los Lhasa percibían algo extraño, emitían fuertes ladridos que alertaban a los "grandullones" vigilantes del exterior quienes acudían rápidamente a verificar la seguridad de los monjes.
Según los registros, el pequeño Lhasa Apso llegó a tierras europeas a mediados del siglo XIX aunque no fue bien conocido hasta bien entrado el siglo XX. Hoy en día su belleza y valentía hacen de este "Braveheart" una de las razas caninas más demandadas en todo el mundo.