El mundo está loco. Al menos en España vivimos un momento de locura. Ojalá, transitoria. En lugar de proteger a nuestros animales, a los seres más indefensos, de otorgarles derechos y seguridad, se hace todo lo contrario.
Parece que se da un paso hacia delante y dos hacia atrás. Por eso, es tan importante aunar fuerzas y que permanezcamos unidos en este lucha por respeto y la concienciación hacia los animales. Los políticos, por supuesto, no lo ponen nada fácil. En su afán absurdo de imposición e insensibilidad, dedican su tiempo a hacer leyes injustas y crueles para los que no tienen voz.
La última fechoría ha sido la de Cospedal. El Gobierno de Castilla-La Mancha presentaba un anteproyecto de la nueva Ley de caza que fue aprobao el pasado jueves. Esta normativa permitirá, entre otras barbaridades, matar a perros y gatos a tiros, la caza con lanza y el uso de armas a niños de tan sólo 14 años.
Por supuesto, el Partido Antitaurino Contra el Maltrarto Animal, PACMA, no se quedaba de brazos cruzados. Y es que en los últimos tiempos, tristemente, tiene mucho trabajo.
Somos incapaces de poner escenas reales de caza... aquí tienes un mosaico
De esta manera, han exigido al Gobierno de Castila-La Mancha que retire el anteproyecto de la nueva Ley en el que no se han tenido en cuenta las alegaciones de diversos colectivos de la Comunidad Autónoma.
Por si fuera poco, la nueva Ley reduce las sanciones más graves para los cazadores que no cumplan con la normativa a la mitad de los establecido con anterioridad.
Todo un ejemplo de anteponer los intereses de los cazadores a los del resto de ciudadanos y obviando, por completo, una vez más los derechos de los animales.
PACMA no está sólo en esto. Al apoyo de miles de ciudadanos anónimos que están en contra de bestialidades como éstas, se suma la Plataforma contra la Ley de Caza de Castilla La-Mancha que ya está recogiendo firmas para presentarlas ante María Dolores de Cospedal, presidente de la Comunidad Autónoma.
Y es que, el colmo es que es el dinero de los castellano-manchegos el que se usa para subvencionar dos de las actividades más crueles e inhumanas: la tauromaquia y la caza, y que pone de manifiesto, nuevamente, el absoluto desinterés de los políticos de defender los derechos de los animales. Sin duda, leyes como éstas nos hacen ir hacia atrás en el tiempo y retroceder pero precisamente que hechos así se conviertan en noticia es un signo de evolución implacable de la sociedad y de que la conquista de los derechos de los animales llegará tarde o temprano.
