Es habitual conocer noticias en las que la heroicidad de nuestros animales se pone de manifiesto. En cambio, no es tan frecuente conocer hechos en los que una persona es capaz de dar la vida por su fiel amigo.
Seguro que muchos de nosotros estaríamos dispuestos a todo con tal de ayudarles pero lo cierto es que no es frecuente ver en los diarios o periódicos este tipo de noticias.
Cuando leí lo que le ocurrió a Alex Hardy, un inglés de 32 años, se me partió el alma. Y es que literalmente, este hombre dio la vida por su perro.
Los hechos ocurriendo cuando Alex y su prometida, Joanne Wardle, estaban paseando por el muelle de la playa de Hendon Beach, en Sunderland, Reino Unido, cuando el perro de la pareja, un cocker llamado Fudge, cayó accidentalmente al agua tras precipitarse por una abertura en el suelo.
Alex no lo dudó un instante y se lanzó al agua tras él. Al parecer no sabía nadar muy bien y junto a ello, se unió la desgracia de golpearse la cabeza con la arena del fondo y ser arrastrado mar adentro debido al gran oleaje. Así lo relató su mujer al diario británico Daily Mail.
Alex Hardy y su perro Fudge. (Foto: Tomada de Daily Mail)
Joanne, ante la envergadura de la situación, decidió arrojarse también al mar a por su pareja y su mascota pero, aunque ella sí sabía nadar muy bien, todo resultó inútil debido al oleaje y las grandes corrientes. Aún así, consiguió llegar hasta Alex pero él ya estaba inconsciente. Las olas les volvieron a separar y todo intento resultó fallido.
Mientras tanto y de forma milagrosa, el perro Fudge logró mantenerse a salvo pero finalmente, su responsable Hardy no corrió la misma suerte.
Fue un equipo de la Asociación Nacional de Salvavidas quien puso fin a la agonía de la mujer y su perro y quien recuperó el cuerpo sin vida de Alex tras varias horas de intensa búsqueda en el mar.
Alex, tenía planes de boda con Joanne para 2016, trabajaba como guardia de seguridad y era padre de dos niños de 11 y 12 años de una anterior relación.
Su esfuerzo sirvió para salvar a su perro que sigue esperándole expectante cada vez que un coche llega a la puerta de su casa. Aún no es consciente de que su responsable dio la vida por él sin pensárselo un segundo.
