Lucrecia - adoptada en agosto 2013
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Lucrecia es una perrita de año y medio que rara vez ha salido de la protectora. La van a adoptar en agosto y me han pedido que haga algunas sesiones con ella.
- Fecha: 10 julio 2013
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Lucrecia sale de su jaula desorientada. Permanece ausente casi toda la sesión, observando los alrededores de la protectora, con curiosidad, aunque sin saber muy bien hacia donde ir. No la atraen las salchichas ni tampoco yo misma. Ni siquiera el campo. Está intrigada con casi todo.
La dejo unos minutos para que vea lo que hay alrededor. Finalmente la llamo pero la comida la toma sin reparar en ella. De vez en cuando me mira, viene hacia mí moviendo el rabo, peor continúa su camnio, hasta donde da la correa. Hay movimiento dentro de la protecta, y posiblemente está atenta, también, a eso.
Me siento para que se calme, se relaje, pero continúa merodeando alrededor, sin rumbo definido.
Tiro suavemente de la correa en dirección hacia el campo, pero al notar la presión se tumba en dirección contraria.
Después de un rato fuera, es hora de meterla de nuevo en la protectora, pero Lucrecia hace mucha fuerza para no entrar, se niega en redondo. Después de varios intentos la forzamos a entrar y a pasar a su jaula. Por el camino , los perros que hay sueltos se la acercan, y ella se siente agobiada, hasta que por fin llega a su lugar, donde se relaja.
- Fecha: 24 julio 2013
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Hoy está un poco más atenta a mí, peno no mucho.
La permito pasear casi a sus anchas y continuamente va hacia la carretera, por donde llegó a la protectora, y me hace pensar que debe recordar que hay un camino de regreso. No corre, pero sí es persistente. No llega si quiera a estar cerca de la carretera, y termina parándose y regresando tímidamente. Me escondo, corro en dirección opuesta, la llamo... pero no encuentro mucha reacción de Lucrecia.
Finalmente parece que se decide a interesarse por mí, y presta más atención. La comida no la seduce demasiado. Es más, me acerco sin incidentes y ella se toma la hora de comer con mucha calma, dejándose comida en el plato.
La gusta la presencia de personas, necesita cariño, pero de momento la veo algo independiente. Habrá que comprobarlo en más sesiones.
- Fecha: 31 julio 2013
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Poco a poco va ganando en confianza, lo que hace que me preste algo más de atención. No es una perra con problemas de confianza en las personas, pero sí se muestra muy independiente y parece que según me va conociendo la apetece estar más conmigo. Los cambios son lentos, no obstante, y se necesita paciencia con ella.
Se muestra feliz de estar fuera de la protectora, una vez pasado el trago de atravesar los pasillos por donde se encuentran otros perros. Es tremendamente sumisa y casi cualquier cosa la complace.
Hace calor, pero consigo correr con ella a mi lado, suelta aunque con la correa por el suelo, y me sigue con ganas. Creo que la afecta mucho el calor, lo que es lógico por su tamaño, pero aún así continúa bastante ausente en parte de la sesión. Tiene también curiosidad por lo que la rodea fuera de la protectora.
Vamos mejorando, lentamente.
- Fecha: 07 agosto 2013
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Hoy no he tenido tiempo de hacer una sesión con ella. No obstante, me ha visto cuando estaba en su hora de recreo dentro de la protectora (en una zona mucho más amplia que su perrera, aunque también cerrada), y se ha puesto muy contenta, algo que me ha sorprendido, pues se la veía visiblemente emocionada. El próximo día saldremos a dar una vuelta...
- Fecha: 17 agosto 2013
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Toca salida en grupo. Lucrecia se muestra muy dispuesta y sale con la correa. Después de los primeros momentos continúa el paseo sin tirar de la correa. Con los perros adultos no tiene conflicto, aunque no la gustan demasiado los cachorros. Simplemente les marca gruñendo pero no se muestra agresiva.
Sigue feliz su camino de buena mañana, y al regresar hacia la protectora la dejo un poco "a su aire", a pesar de que lleve la correa arrastrando. No espera, sigue su camino con independecia. Tiene claro dónde hay que llegar y no hace caso a las llamadas, a pesar de que mira, mueve el rabo... y continúa avanzando.
Hoy sin embargo meterla dentro de la protectora resulta bastante más fácil que en ocasiones anteriores.
- Fecha: 22 agosto 2013
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Se alegra mucho, mucho de verme, y no para de restregarse contra mí y de darme lametones a diestro y siniestro. De repente se muestra como la perra adorable, cariñosa y confiada que he estado buscando, sin "perjuicios" y feliz y contenta como en ocasiones anteriores, pero buscando mi compañía. Era solo cuestión de tiempo.
Salimos a dar una vuelta un poco larga por los alrededores, con el collar y la correa puestos, y apenas noto que tire. De vez en cuando se vuelve hacia mí para saludarme de nuevo o darme un achuchón.
Al regreso pruebo a dejarla suelta, y de nuevo se activa su independencia. Eso sí, esta vez permanece mucho más tiempo pensándoselo y quieta, a lo lejor, como debatiéndose entre volver conmigo o no hacerlo. Finalmente continúa su camino.
El reto de meterla en la protectora es hoy realmente sencillo, y lo hago sin esfuerzo.
Hoy será el último día que tengo a Lucrecia entre mis perros para adiestrar, así que antes de meterla me tomo unos momentos para despedirme, confiando en que la confianza con su nueva familia, que creo que no tardará en coger, la haga ser la perra que me está mostrando poco a poco. ¡Buena suerte!